CAPÍTULO 7
Cuando abrí los ojos, aún estaba en los brazos de Lord Vheilian y recuerdo que una densa niebla nos abrazaba a ambos con su gélido aliento, no obstante estaba protegida a pesar de que aquel hombre poseía una naturaleza demoníaca, monstruosa a los ojos humanos. Levanté la mirada por encima de mis porpios hombros, observé que estabamos traspasándo un denso bosque a pie, los inmensos árboles cubrían el camino que ascendía a la montaña y la luna, en lo más alto del cielo era lo único que alumbraría las enredaderas ramas de la naturaleza, pero Lord Vheilian no necesitaba alumbramiento, ni tan siquiera precisaba de sus conocimientos para saber por dónde debía pisar, pues su visión era brillante como si una mañana clareada se tratase, veía perfectamente los requicios del camino, flaqueando agilmente una rama torcida o una raíz desenterrada o una piedra que había caído en un alud improvisado. "¿Ya has despertado pequeña?" observé aquellos ojos que no se detuvieron en observarme. Noté como el hombre saltaba por una pared rocosa, el campo de visión no me permitía ver más pues él había cerrado sus brazos a mi alrededor para evitar que me cayese. Llegamos a la cima de una de las montañas que logré ver momentos antes, y en dónde un único árbol había crecido a pesar de la textura rocosa del lugar, Lord Vheilian se acomodó bajo las ramas conmigo en sus regazos, bajo una lluvia de pétalos rojas que caían de las ramas del árbol. "Dime pequeña, ¿Qué dolor aflige ese corazón? ¿Cuál es tu nombre?" sentí como si algo quisiera entrar en mi mente, noté como si unos dedos indagase en mi materia gris y derepente, ví como Vheilian entraba en un estado de shock o en letargo prematuro, en ese momento no quise interferír sabía que lo que le sucedía le debía pasar estaba escrito que así fuese y mientras tanto me quedé allí llorándo, desquitádome e intentándo aflorar el intenso dolor que me afligía las muertes de todas aquellas personas a las que amaba. Cuando Vheilian volvió en sí, sentí que había llegado el momento, el momento en el que formaría parte de aquel ser y me sentí dichada. Tan sólo bastó una palabra para que mi mente enterrase todos mis recuerdos, una palabra que me salvaría de aquella locura de terror y muerte, una palabra que me otorgaría un nuevo comienzo y esa palabra fue, dicha por los labios de mi sire "hija" "Te amo hija, volvamos a casa, tus hermanas te esperan" me aferré a su pecho ya con mi nueva naturaleza sanguinaría y una mirada carmesí como las de mi padre y le dí la bienvenida aquella noche a mi nueva no-vida.
"¿Sabes acaso quién eres? Pues YO te lo diré.... ¡Eres mi hija!" ¿cómo su hija? ¿de qué demonios me estaba hablándo? pensé mirándole con odio "Rayne, es hora de que conozcas la historia..." Cuando tube la visión de cómo aquel maldito ser tomaba y violaba a mi madre biológica sentí que algo moría en mi interior, me levanté consumida por una locura y en ese momento recuperé los recuerdos de mi vida mortal, de cómo aquel demonio había matado a mis seres amados por ansías de arrebatarme lo que amaba, ¿por qué? pensaba, si era mi padre, ¿por qué acabar de aquella manera con la felicidad de su hija? no lo comprendía por mucho que lo pensara.. "mi dulce ángel, más te vale concevirme un hijo varón" aquellas palabras vinierón a mi mente como un duro golpe, ¿acaso todas las muertes era su manera de cobrarse que yo no hubiese nacido varón? llegué hasta él sin que me lo impidiese, bloqueé su cuerpo y comenzé a golpeárle con las cuchillas, le desmembrené los brazos, le corté el cuello haciendo que su cabeza cayese al suelo con un rostro de sorpresa fingida, su cuerpo cayó con todo el peso al suelo y la sangre pronto tiñó el color de la fría piedra bajo mis pies. Respiré entre cortadamente mientras me puse en camino hasta llegar a XXDIABOLOXXX me agaché para tomar su cabeza, y abrazarle con una extraña sensación, todo había acabado pero intuía que eso no era así, no lo era, había sido demasiado fácil. Sin percatárme, la sangre de Nefistófeles empezó a recogerse retomándo nuevamente reorganizándose, el cuerpo se iba incorporándo mientras terminaba de reformarse nuevamente y una risa macabra resonó en toda la habitación haciendo que me llevase las manos a los oídos en un impulso incosciente. Giré mi rostro y lo que ví me llenó de terror, Nefistófeles no sólo se había reformado sino que su aspecto era la misma imagen real de su naturaleza, una especie de araña gigante con tronco de hombre y cabeza de macho cabrío, en su espalda le colgaban tentáculos y unas alas de murciélago, sus ojos estaban consumidos por una densa oscuridad. Aquella cosa se acercó a mí y con una de sus patas lanzó mi cuerpo cual muñeca de trapo hasta que una pared me detuvo, caí al suelo, Nefistófeles volvió a acercarse y ésta vez me clavó otra de sus patas en el muslo, el grito que surgió al sentir aquel dolor se pudo oír en cualquier rincón de aquel reino. Aquello le divertía al demonio que no paraba de reír, liberó mi muslo para así atraparme con sus tentáculos, me levantó sin esfuerzo ya que debido a la diferencia de tamaño era considerable, hacía además de querer deborarme pero lo único que hacía era hecharme su pestilente aliento y seguía jugando con mi cuerpo a su entero antojo, me atravesaba los brazos, las piernas y el vientre con aquellos tentáculos, sentía desvanecer por el dolor y mis ojos no dejaban de mirar a mi amado y con lágrimas en los ojos por sentirme inutil y haber llevado hasta la muerte a mi amor y a mí misma sin siquiera haberme despedido de mi familia o decírles que les amaba... Nefistófeles adquirió su tamaño normal o lo que se podría considerar normal, o dicho de éste modo, un tamaño mortal pero sin perder la imagén de araña, seguía aprisionándome con sus tentáculos; uno me rodeaba el cuello, otros las muñecas y otros dos forzejearón hasta abrirme las piernas y otros dos más me arrancarón la armadura como si papel se tratase dejándome desnuda. Dos tentáculos más se aferrarón a mis pechos jugándo con ellos y palpándolos, mi "padre" gozaba verlos contonearse al movimiento y como temblaban para volver a su estado normal, yo gritaba y aclamaba en chillidos clemencia y piedad, fieramente deseé que parase, otro tentáculo comenzó a acariciarme la entrepierna. "¡Oh! pero si eres una guarra hija mía.... jajajajajajaja.... mírate, humedecida por tu propio padre jajajajajajaja", "¡BASTA!", mi amado en ese momento abrió los ojos y a mí se me cayó el alma a los pies cuando descubrió la escena que estaba viviéndo, leí en sus labios como me nombraba y volví a gritar "¡BASTA!", sentía que iba a caer en cualquier momento, pero Nefistófeles no lo permitiría, no al menos de momento, antes disfrutaría viéndome sufrir al ser violada delante de mi prometido a las puertas de la misma muerte "¡BASTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!"
Mi mente cayó en una densa oscuridad, pero a pesar de ello me sentía en paz, nada me dolía, mi cuerpo estaba entero aunque desnudo y ví como una bellísima luz delante de mí se hacía efímera y de aquella luz celestial, la imagén de una hermosa mujer tomó forma, supe quien era nada más verla y corrí a abrazarla sin pensar, "mamá" susurré y mis ojos humedecierón derramando lágrimas de dolor y felicidad al mismo tiempo, "Rayne, mi preciosa Rayne...." la mujer me acarició los cabellos respondiendo a mi abrazo, "Rayne, no permitas que haga contigo como hizo conmigo, no lo permitas o mi vida habrá sido en vano, mi sufrimiento, mi lucha, mi causa... todo y no sólo de mí hablo mi preciosa niña" mi mente viajó durante un instante a través de la dureza de las capas de la tierra, viajó a través de la distancia y llegar hasta el castillo de Sagara, ví a mis hermanos y a mis padres, en aquella visión también pude verme a mí misma el primer día que llegue a casa en brazos de mi padre. En aquella visión pude ver como mi padre me daba a conocer dándo la noticia de que un nuevo miembro en la familia había llegado y pude ver como los brazos de mis hermanos y de mi madre se cernían sobre mí en una cariñosa bienvenida y también ví las miradas de complicidad entre mi madre BabyMetal y mi padre Vheilian acabándo con un dulce beso de triunfo familiar. "Mi preciosa Rayne, no lo olvides, ahora que ya lo sabes... no permitas que cause más daño a los seres que no merecen la pena y el sufrimiento, tú misma vivístes lo que el dolor puede causar, no permitas que se salga con la suya, mi dulce niña tú lo llevas en tu interio aprovecha el don y la maldición de ser quien eres, eres el ángel de la muerte, destruye a aquel que te dió la vida" abrí de golpe mis ojos clavándo una mirada en los ojos sin vida de aquel monstruo que estaba a punto de penetrarme, en su rostro se dibujó una sorpresa ahogada y su risa había desaparecido "¡Alatariel! pero... ¿Cómo es posibl...?" mi cuerpo comenzó a brillar con un destello celestial quemando y evaporizándo los tentáculos que me retenían, los gritos de Nefistófeles eran ensordecedor, no obstante seguía mirándome perplejo, mis ojos se tiñerón de un color azul cielo de una mañana clara y mis cabellos se volvierón blancos como la pureza misma, en mi espalda nacierón dos hermosas alas que cubrieron mi cuerpo y permitiéndome mantenerme suspendida en el aire, mi piel pálida por la muerte retomarón su color natural dorado y rosado al mismo tiempo y una sonrisa se dibujó en mis labios, una palabra surgió de ellos "Iluminatum" y el brillo de mi cuerpo se hizo más denso llenándo todo el recinto de luz y calor, Nefistófeles no cesaba de gritar sin comprender qué estaba pasándo, aquella luz le estaba quemándo los ojos "¡Basta maldita asquerosa, necíaaa!" con sus brazos de humano procuraba golpear al aire intentándo alcanzarme pero fue en vano, la luz y el dolor le impedía visualizar. Alzé mis manos y un cetro surgió de la nada ocupándo las palmas de mi manos, que éstas se cerrarón tomándolo con fuerza y otorgándo un golpe cortánte al aire en dirección a Nefistófeles logré realizar un corte desde el hombro izquierdo hasta la cadera derecha abriéndolo como un libro. Éste antes de consumirse en su propia locura entre chillidos, visualizó detrás de mí la imágen de mi madre que al igual que yo, se aferraba al mismo cetro y vió como una sonrisa calurosa y orgullo por estar allí viéndolo sufrir a manos de su propia hija, el ser que él mismo había concevido a través del dolor, la sangre, el odio y la violación, "M-m-maldit..." dijo por último antes de que su propia sangre, del color de la noche le consumiera como un potente químico dejándo sólo un órgano palpitante en el suelo, un trozo de lo que parecía un trozo de carbón, dí un golpe con la punta del cetro en el suelo y una honda eléctrica surcó el piso quemándo aquel órgano convirtiéndolo en cenizas. Mi cuerpo cayó al suelo agotado por toda la energía gastada, mi respiración era tan sólo un hilo, XXDIABOLOXXX ejerciéndo fuerza como pudo, logró liberarse de las cadenas que le tenían preso rompiéndolas, o quizás el verme entre la no-vida y la muerte definitiva le otorgarón la fuerza necesaria para ello o quizás la liberación del poder que le tenía preso, no lo sabría al cien por cien, pero el caso es que corrió hasta mi encuentro y... mi mente y mi cuerpo cayeron en un letargo de autocuración, lo único que logré captar antes de sucumbir en la oscuridad fue sus palabras, "amor mío, resiste".
El brillo de la luna bañaba mi cuerpo como cada noche, abrí los ojos y saludé como de costumbre "Eternas lunas diosa de la oscuridad", incorporé mi cuerpo trabajosamente, me dolía todas las costillas, no lograba sentir muchos puntos de mi cuerpo y otros tanto me dolían a morir, pero al menos habría logrado despertar una noche más, ví a mi hermana Sara recostada en uno de los sillones que había en mi habitación, habría estado conmigo noche trás noche desde mi regreso, otorgándome energía y curación a mis heridas para intentar salvarme que aún no había despertado trás ocultárse el sol. Abrí la puerta en silencio, salí al corredor sujetándome a la pared. Bajé las escaleras y la primera persona con la que me topé, fue la misma persona que me vió en esa misma postura tambaleante a punto de caer en cualquier momento, y mis ojos se volvieron a cruzar como la vez primera, "papi...." no pude soportárlo más, corrí como pude hasta él, él me detuvo precipitándose a tomar mi cuerpo en un abrazo, me acarició la cabeza alborotando mis cabellos "hija mía de mí, por el padre oscuro muchacha, no nos vuelvas a asustar de ésta manera" intentaba contener las lágrimas, y no paraba de besarme las mejillas y la frente a pesar de que me quejaba por el dolor y honestamente, nunca hubiese querido que dejase de hacerlo, a pesar del dolor que mi cuerpo sentía, el calor y el cariño de mi familia era lo que más precisaba en ese momento. Al escuchar a Vheilian, más miembros de la familia; hermanos, tías, abuela, fueron llegando para recibirme y preguntar cómo estaba... Durante la noche, había llegado un momento en el que necesitaba salir al exterior y recibir directamente sobre mi piel los rayos de la luna sobre mi piel, salí a la balconera, mi padre había dado ordén de que me dejasen tranquila y no me atosigaran a preguntas, por lo que me permitieron salir sóla, sin tampoco apartar las miradas. Allí estaba él, esperando encontrarme un momento a solas para dejarse ver, me tomó en sus brazos, su mano me levantó la barbilla para aproximar mis labios a los suyos y acabar fundiéndonos en un beso apasionado, sus brazos se aferrarón a mi cuerpo. Sus labios se alejó unos centímetros de los míos, lo justo para que sus ojos se encontrarán con los míos "Te amo, te amo, te amo.... eres una loca, te dije que no fueras.... pero aún así, graciassss" sonreí "es lo menos que podría hacer por mi prometido, ¿No?" ahora fue él quien sonrió y nuestros labios volvieron a fundirse en un juego de pasión. -FIN-
._.U por fin acabé..... espero haya sido de vuestro agrado ésta historia y que además os sirva para comprender un poquito más a la alocada de xRaynexBlood x'DDD Para todos vosotros familia, disfrútenlo y sino, borrénlo xDD mejor no, me mandaís una copia antes XDDD Eternas lunas y recordárlo, os amo a todooooooooooooooooos