CAPÍTULO TRES
La oscuridad en su totalidad, mis ojos aún no habrían logrado adaptarse a pesar de ser una criatura no-muerta, pero mis otros sentidos se mantenían alerta, el olor a podrido, fuego y azúfre era noseabúndo, en reiteradas veces tube que llevarme las manos a las fosas nasales para no acabar vomitándo y la temperatura era gélido como la muerte misma, incluso para mí. Tan pronto mi visión logró agrandar el campo, comenzé a caminar con cuchillas en alza preparada para cualquier asalto. El lugar era lúgubre, las paredes parecían poseer venas o arterías propias que además palpitaban como si contuviesen vida propia, la sangre era un río constante que caían por éstas venas y si atravesara una membrana, desaparecía traspasándo el piso del suelo, éste era de piedra y moho entre casquete que con pisárlo un vapor de ceniza ocupada el lugar de la poca vegetación, inexplicable, crecía allí. Un sonido tétrico, de latir de un corazón se hacía más profundo y de la nada sentí un aura atravesar mi cuerpo, llevé mis manos a la cabeza como una reacción inconsciente por protegerme de algo inmaterial y mientras mis ojos se habían cerrado, una extraña criatura lanzó su pestilente aliento en mi cuello, no pensé, sólo actúe y giré mi brazo blandiéndo la cuchilla a medida que tomaba velocidad con el codo e impactar al aire, miré en todas direcciones pero allí no había nada no obstante, sentía la presencia de algo o alguien que observaba mis movimientos y reía en silencio, "seas lo que seas, no lograrás infundirme miedo, ¿quieres luchar? pues aparece delante de mí" logré decir, la "cosa" comenzó a reírse, el sonido era gutural como si algo más le estuviese cortándo el cuello y el sonido que produce al cortar las cuerdas vocales manifestase en aquella risa, incluso era tan inmaterial como el mismo ser, y el sonido penetraba en mi mente como un veneno. Traté de tapar mis oídos y no seguir oyendo aquello, pero era en vano, "jajajaja, pobre niña, en serio me das pena, jajajaja, venir aqui solita, ooooh... jajajaja..... que osadía, jajajajaja, ¿Creés que por ésto vas a honrar el nombre de tu familia? jajajajaja..... eres una necía jajajajajajaja, te diré que has fracasado en tu tarea....jajajajajajaja, jajajajajaja.....", "¡Bastaaaaaa!" grité al aire, mis pies daban pasos en guardia y mis brazos estaban listos para atacar, pero por cualquier rincón que mirase, sólo veía aquellas venas de las paredes membranosas chorreantes de sangre, repetí varias veces al ser que se dejase mostrar y peleáse conmigo, le incité a acabar con mi exístencia si era aquello mi destino, pero el ser no hacía más que reír sin cesar con aquel sonido desgarrante. Procuré no alarmárme, pero aquel siniestro ser me estaba volviéndo loca, sabía que aquello era su intención, pero oír aquel sonido sin ver dónde se conectraba era misión casi imposible, sentí un golpe justo en las pantorrilas que hizo que cayese al suelo, mi cabeza dió un gran rebote contra el suelo al impactar y... La oscuridad volvió a apoderarse de mi mente... lo único que podía hacer era escuchar al maldito ser...
Su mirada frenética, sus manos aferrándose a mis hombros tratándo de alejar mi cuerpo al suyo, el grito de terror ahogado por la mordedura y su sangre entrándo por mis venas como un torrente de energía y vida, aquel líquido violáceo, sabor férreo derramándose por mis pechos casi desnudos me hacían sentir viva, podía sentir el latir de su corazón y de cómo iba apacigüando como si fuese mi propio corazón el que latíese, me llenaba de gozo de vida que ya no poseía y era increíblemente bello ver como su vida se le iba escapándo a través de mis caninos a borbotones. "Hermana...." la voz de Sara detuvo que acabara matándo al pobre mortal que había cazado aquella noche, haciendo que su cuerpo cayese al suelo a una gota de sangre, entre la vida y la muerte y con su mirada penetrándo en mis propios ojos, como si aquella pobre criatura implorase y rogase porque le salvase, pero sólo podía ver gélido glacial en mis ojos, me concentré en mirar a mi hermana, tan bella y elegante como siempre lo era cuando no estaba entrenándo, una auténtica princesa de elegancia pura y blanquecina piel que hacia las delicias de cualquier ser poder tocar y proteger como si esa misma blancura fuera fragilidad, en cambio yo, era una rebelde, no aparentaba realeza sino más bien vulgaridad y exhibicionísmo duro y brutal, así era yo... Una toreador que lucía sus propias carnes como el vendedor que muestra sus productos para ponérlos a vender, aunque era inteligente y sabía guardar la compostura tales a mi cargo, una princesa que provocaba el deseo de cualquier que conociese mi existencia, no lamentaba aquello desde luego, era algo que yo misma había elegido y mi familia me habían aceptado tal y como era, y eso era mi gran satisfacción, sin embargo, veían a mis hermanas Sara y Leydyabusadora, dignas bellezas de la realeza Sagara, toreadores y dignas de la marca de la rosa en sus venas, sentía mucho orgullo por ellas, pero sabía que jamás yo sería como ellas, mi rebeldía se derrochaba con cada uno de mis trajes, si se le podrían llamar así, y mis a veces alocadas reuniones familiares. "Vamos hermana, hay que tratar la tarea de la abertura del aula 15, la que debes encargárte, la Arena ya ah sido inaugurada, papá ah hecho reunir a todos sus hijos para comenzar las clases vampíricas y empezar con la nueva campaña de reclutamiento", asenté con la cabeza, en silencio, mis pies comenzarón a moverse cuando Sara me detuvo, su mirada era cálida y su sonrisa radiante y lo que dijo a continuación me llenó de felicidad "¿Una carrera hermana?" y nuestros cuerpos rápidamente entraron en contacto con el viento, el fresco y la fuerza con la que el aire rompía en mi rostro al atravesar las calles casi vacías me permitían sentírme libre, trepé por uno de los edificios más retirados del centro de la ciudad, y seguí mi carrera desde los tejados, saltándo entre edificio y edificio con grácil movimientos, con una sonrisa en mi rostro aún manchado por la sangre, cuando caía al otro lado del edificio e incorporándome para proseguir corriéndo, triunfal y ver la luna encaramáda en lo más alto del cielo me llenaba de orgullo.
"Jajajajaja, eres una necía.... ¿Sabés acaso quien eras antes de ser una criatura demoníaca de la noche?" mis ojos se abrierón en ese momento cuando escuché aquella voz familiar y de un salto me puse en pie, nuevamente con la posición en guardia "Jajajajaja, das pena muchacha..." de nuevo sentí como algo me empujaba de espaldas y mi cuerpo se tambaleaba, noté como un hilo de sangre derramándose desde la síen hasta mi mejilla como una tela de araña, me sentía a merced de los caprichos de aquella criatura, algo que me atacaba y yo sin ni siquiera poder defenderme porque era incapaz de localizarlo... "Nunca te fíes de la visión que obtengas a través de tus ojos del enemigo, puede ser un engaño" recordé las palabras de mi padre una noche de entrenamiento en la que me enseñaba a bloquear, recuperé el equilibrio y cerré los ojos, concentré en un único punto aquel sonido, convoqué la energía de la sangre que había en mi y que hacía que me llamase toreador, mi sentido del oído se agudizarón y la energía concentrada me permitía visualizar aún con los ojos cerrados varios metros del lugar donde me hallaba y entonces, el maldito volvió a reírse y su figura apareció a mis espaldas, su forma era incorpórea uniforme, una masa de oscuridad que sólo poseía voz para enloquecer a los osados, que como yo, se adentraban en el reino infernal, ví como de la masa surgía una especie de tentáculo que se dirigía a mí nuevamente, pero ésta vez, se encontró de cara con la hoja de mi cuchilla, cayéndo zigzageando cual serpiente al suelo, oí el grito de sorpresa del ser y encogérse como un niño pequeño cuando es pegado en su manita por la mamá por haber roto algo, ví como la masa palpitaba como las mismas venas de las paredes y el sonido que ahora resonaba en mi mente era agonizánte, decidí que para enfrentárme a aquel ser, yo debía ser algo similar y desde mi mente sólo una palabra se hizo corpórea "Shadow" y mi cuerpo empezó a oscurecérse, y desde mis pies hasta mi cabeza unos látigos de sombras surgierón de la tierra, de las mismas arterías y venas de las paredes como si de un llamado se tratase y empezarón a rodear mi cuerpo, mis ojos desaparecieron en una completa oscuridad y mis cabellos se unieron a los tentáculos de sombras dándo la apariencia de no tener fin, la criatura volvió a reír y a lanzar otro ataque, pero se dió con que mi cuerpo no era corpóreo sino más bien inexistente, era una sombra. Abrí mis ojos y fijé mi mirada en un sólo punto, aunque no lo podía ver sin la energía de sangre, sabía perfectamente dónde atacar, aquel ser, en el centro de toda aquella masa requería un sólo ojo o la forma de ésta, palpitante como el mismo ser en sí, llevé uno de mis propios tentáculos como si fuese una lanza directo a aquella cosa y sentí apresar algo, no veía nada, pero el grito ensordecedor de la criatura me mostraba que había dado con mi objetivo y de repente, nada. Silencio. Mi cuerpo volvió a tomar su forma vampírica, mi forma natural y me quedé un rato más allí en silencio alerta por si volvía a formárse, nada. Tomé entonces y continúe mi camino, notaba como el sudor de mi frente más la sangre del hematoma de la síen entraba en mis ojos, traté de limpiarme y tomar una bocanada de aire para aliviar mi cuerpo, aunque con aquella atmósfera, más bien podría lograr acabar vomitándo hasta restos de comida de cuando aún mi forma era aún mortal, así que deseché la idea y seguí mi camino... -CONTINUARÁ-